Moronas y un poco de optimismo basado en el pesimismo ajeno

Hoy fui al Café Moronas por segunda vez en el mes, después de una larga temporada sin haberlo visitado. Muchas cosas han cambiado en mi vida, pero el café sigue siendo el mismo. Hay columpios, butacas, mesas vacías y otras llenas. El café ha mejorado, los precios siguen siendo los mismos. Aún me golpeo la frente al salir del baño a pesar de que en la puerta hay un papel bond pegado que advierte a los comensales del techo bajo. Hoy no fui por nostalgia, sino porque tenía una entrevista de trabajo en un edificio cercano y llegué una hora antes. Creo que me fue relativamente bien. Si me dan el trabajo, pasaré mis días laborales en una oficina agradable. Si no me lo dan, pasaré mis días laborales en casa, igual que ahora. Desde que terminé la tesis me dedico a escribir partes de investigaciones ajenas. Soy minera. Saco los minerales y los joyeros los pulen para luego venderlos a precios exhorbitantes.

Hoy también vuelvo a escribir algo en el blog. Tenía ganas de escribir una disertación larguísima sobre la crisis de valores en la que está sumida la humanidad, pero estudié historia y de verdad creo que nunca hemos estado mejor (y nunca hemos estado peor, todo esto es muy relativo). La gente horrible siempre ha sido cínica, quizá ahora tiene más visibilidad. Tal vez dé la impresión de que viví una experiencia terrible con otros seres humanos recientemente. No fue así. Más bien ocurre que, recientemente, gente cercana a la que quiero mucho me ha confiado sus crisis existenciales. Consideran que no vale la pena esforzarse por ser buenos con el mundo si esto no les será retribuido de ningún modo, pero llegué a la conclusión de que debemos esperar lo peor de la gente y dar lo mejor de nosotros por el puro gusto de sentir que no contribuimos a la horripilantez del Universo. Y porque somos humanos, vivimos en sociedad, tenemos que aprender a convivir y creo que parte importante de eso es priorizar el bien común. La maldad es un ciclo vicioso: maldad genera más maldad. Creo lo mismo de la bondad, debemos fomentarla (y me sentí una versión chabacana de Deepak Chopra al escribir eso último. En honor a eso, comparto el generador aleatorio de sabiduría de Chopra: http://wisdomofchopra.com/).

(Paulo Coelho comparte con Chopra el título de rey de los falsos aforismos)

Es tiempo de elecciones en México y sé que en estos días será muy difícil creer en que la gente puede ser buena (porque ninguno de los candidatos es ejemplo de bondad), pero parto de un profundo pesimismo ajeno para sentirme optimista (por contreras, supongo). Nos va a ir mal gane quien gane, lo demás depende de nosotros como sociedad.

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