Va de nuez o La violencia de Violeta
Recuerdo haber leído en Océano Mar sobre un personaje enfermo de sensibilidad. Ella -recuerdo que era una mujer de 15 años- era tan sensible al mundo que vivió encerrada en su habitación, especialmente diseñada para no alterar sus sentidos, durante casi toda su vida. Su padre, preocupado por ella, buscó incansablemente a un médico que la pudiera curar. Cuando encontró al posible salvador/curador (¿?) éste le dijo que era necesario llevar a la criatura al mar. El mar sería la cura, la medicina perfecta. Curaría la hipersensibilidad de su hija con la intensidad de las olas, la espuma que se convierte en brisa, la sal, el agua, el frío. La inmensidad del mar versus la inmensidad de los sentidos. Violencia vs percepción. Mucho ha cambiado desde la última ocasión que escribí en este blog. No es que haya escrito en otros blogs o alguna columna de algún diario nacional. No, no publiqué nada desde que deseé a Violeta un feliz cumpleaños hace años. Hace un par días recibí un mensaj...